Reconversión productiva de Ingredion

Entre los años 2005 y 2016 se fue gestando en Ingredion una crisis de competitividad. Su inicio se dio en un contexto macroeconómico favorable que permitió superar los objetivos financieros año a año. En 2012, aparecieron los primeros signos de agotamiento de la coyuntura externa y se profundizaron los conflictos internos, que se conjugaron con el estancamiento de los precios, incrementos en el costo laboral y caída de la productividad. Hacia 2015, el problema de gobernabilidad en las plantas se había acentuado, en un escenario macroeconómico que se volvía cada vez más complejo. Esto derivó en una disyuntiva crítica: recuperar competitividad o cerrar las plantas, este caso deja entrever como la compañía desarrolló con éxito la primera opción.